He estado tan enfocada en intentar "aterrizar" suavemente que ni me he dado cuenta que no había publicado la primera parte de mi plan de aterrizaje en Occidente... y ya tengo que contaros la segunda.
Cuatro meses después de mi llegada, lejos han quedado las chanclas, la mochila, el kit de medicinas, el diario, la linterna y todos los imprescindibles de mis viajes. Ahora los he sustituido por un teléfono móvil, una agenda electrónica, las llaves del coche, una conexión a internet y una sensación de prisa que forman parte de los imprescindibles de la vida aquí.