domingo, 20 de mayo de 2007

Tras los Annapurnas....

... Qué puedo decir... Han sido 21 dias de caminar, de comer prácticamente lo mismo todos los dias, de pasar a veces frío, a veces calor, de sudar, de un cansancio infinito, de un hambre atroz, de tener sueños intensos como hacía tiempo. 21 dias caminando por unas montanas de paisajes increíbles que cambian casi cada hora: he caminado por las cuatro estaciones del año en solo 21 dias y he compartido camino con escolares, porteadores, otros caminantes y sobre todo mulas de carga y sus mierdas que indican cual es el mejor camino. En esta región esta especie no solo no ha desaparecido, sino que es fundamental para la supervivencia de sus habitantes. Por cierto, el Yeti sigue desaparecido...

Lo más duro fueron sin duda los primeros días hasta que mi cuerpo se acostumbró al nuevo horario de sueño, de comidas, a caminar una media de 5 horas diarias y sobre todo a cargar con la mochila. Esto fue lo mas duro al principio, tanto así que empece a dejar cosas por el camino en un un segundo ejercicio de renuncia a las cosas NO necesarias. Aun así creo que llevaba en total unos 12 kilos, de los cuales lo más pesado eran la cámara de fotos (2.5kgs), el saco de dormir (1kg) y el agua, (1-2 kgs). El resto del peso se repartía entre mis pantalones de dormir, el corta vientos, forro polar y cosas varias de medicinas y neceser. El único capricho que me permití fueron un par de paquetes de jamón ibérico (para celebrar el paso de los 5400 mts), y un diario.

Durante 21 días he podido comprobar como estas personas sobreviven en lo que yo consideraría unas condiciones muy duras, tanto por el clima como por la orografía tan incontrolable de estas montañas. Aquí lo más valioso es tener mulas de carga, para poder llevar y traer todas las cosas que son necesarias para vivir, y cuando digo necesarias me refiero a "estrictamente necesarias': arroz, jabón, velas, lena, verduras. Cuanto más arriba, más escaso es todo, más cuesta subir y por tanto más caro es todo. A partir de los 3000 metros la fauna y flora empiezan a escasear, no se pueden tener practicamente cultivos, los animales de carga no resisten la altura, así que la vida va desapareciendo a medida que se asciende en altura.

Se aprende mucho viviendo en la montana como un nómada, cada día en busca del siguiente asentamiento humano donde poder descansar y comer antes de reemprender la marcha al día siguente. Aquí no hay escapatoria de ti mismo. Durante 24 hrs. al día eres tu con tu cuerpo y tu mente, un ser insignificante en medio de una naturaleza inmensa. Te sientes pequeño y sabes que dependes de ti más que nunca. No vale culpar a otro u otros de lo que haces o no haces, no hay escapatoria posible de la responsabilidad de lo que haces o no. A veces falla el cuerpo, otras veces falla la cabeza. Al final es increíble como funcionamos por dentro y aprendes a conocer quién es mas fuerte en los momentos difíciles, si tu cuerpo o tu mente, y como se complementan milagrosamente. Aprendes donde están tus debilidades y donde tus fortalezas. Te sorprendes de las cosas que te asustan y las cosas para las que demuestras tener un valor desconocido. A veces eres tu y a veces tus companeros los que te animan a seguir. La naturaleza te abre todos los sentidos posibles, incluso el común, y a pesar de los momentos físicos y mentales tan duros, no recuerdo haber pasado 21 dias de mi vida seguidos sintiendome tan feliz, tan agusto y físicamente tan bien.

Asi que la vuelta os podeis imaginar: otro shock mas de esos a los que ultimamente me estoy habituando. Ahora estoy en Kathmandu, visitando el valle y la verdad que es precioso también, este pais es maravilloso, tanto por la gente como por su naturaleza. Kathmandu es sorprendentemente moderna, comparada con cualquier ciudad india al menos, y aquí la gente no te observa como si fueras de mentira. Simplemente van a su rollo, no llevan bigote y la mayoría llevan vaqueros, incluso las mujeres. Por cierto, que las famosas pagodas que vemos en muchos templos por toda Asia tienen su origen en Nepal, que tienen una arquitectura tradicional (llamada Newar), de ladrillo y marquetería que es de flipar, alucinante.
Bueno, ha sido una odisea publicar las fotos en el blog, así que no están todas las que son, pero sí son todas las que están. Espero que las disfruteis.